Valerie Spruill de Doylestown, Ohio, quedó devastada al descubrir la verdad, que su esposo con el que había compartido muchos años era su padre. En 1998 al poco de fallecer su marido, un tío le contó que era hija de su esposo y las pruebas de ADN lo confirmó. “Mi madre me abandonó cuando tenía tres meses de edad. Me dejó con mis abuelos, aunque durante años me visitó como simulando ser una amiga lejana de la familia.
De mi padre nunca supe. Mis abuelos siempre se negaron a hablar de él”, explicó Valerie. Los abuelos siempre su opusieron a la relación por la diferencia de edad, finalmente se casaron y tuvieron tres hijos y ocho nietos. Asegura que nunca tuvo ningún problema ni sospechas durante el matrimonio. Valerie de 60 años, está en tratamiento psicológico desde que conoció su pasado, se animó a contar su historia, con la finalidad de que ayude a otras personas que pasen por un mal momento.
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